En la elaboración de la cerveza, la ebullición del mosto es un eslabón crucial. Este proceso afecta no sólo al gusto y sabor de la cerveza, sino también a su calidad y seguridad. La cocción del mosto suele constar de tres fases: precalentamiento, cocción inicial y cocción. El proceso completo dura entre 70 y 90 minutos.
En primer lugar, echemos un vistazo a la etapa de precalentamiento. Cuando el mosto se bombea al Brew Kettle, el caudal de vapor es relativamente bajo al principio. Esto se debe a que la temperatura del mosto descenderá gradualmente durante el proceso de bombeo. Si esperamos a que el bombeo haya finalizado por completo antes de empezar a calentar, necesitaremos más tiempo para calentar antes de empezar a hervir. Por lo tanto, la etapa de precalentamiento puede ayudarnos a mantener la temperatura del mosto, o dejar que la temperatura aumente gradualmente como preparación para la siguiente ebullición.
A continuación se pasa a la fase de ebullición primaria. En esta etapa, el mosto comienza a hervir, pero el tiempo de ebullición no superará los 30 minutos. En este momento, el gran vapor no se ha abierto del todo, y la puesta en marcha del mosto aún está en curso. La etapa de ebullición inicial tiene por objeto permitir que el mosto se adapte gradualmente a la alta temperatura como preparación para la ebullición final.
Por último, está la fase de ebullición. Esta etapa es la parte más importante de todo el proceso de ebullición. La intensidad de ebullición evalúa principalmente la calidad de la ebullición. En general, la intensidad de ebullición se sitúa entre 8% y 12%.
En general, el proceso de ebullición del mosto es una parte indispensable de la elaboración de la cerveza, que está directamente relacionada con el sabor, el aroma y la calidad de la cerveza. A través de la operación cuidadosa de las tres etapas de precalentamiento, ebullición inicial y ebullición, podemos obtener un mosto perfecto, sentando una base sólida para la elaboración de cerveza deliciosa.