Las fábricas de cerveza se enfrentan a importantes retos en la gestión de los flujos secundarios, especialmente en la manipulación de los materiales residuales de alta concentración generados durante los procesos de fabricación de cerveza. Estos flujos secundarios, incluidos los residuos de los tanques de fermentación, la levadura residual y la cerveza sobrante, plantean problemas medioambientales y económicos debido a sus elevados niveles de DBO y SST (sólidos suspendidos totales).
Comprender los flujos secundarios
Los flujos secundarios son los subproductos y residuos generados durante la elaboración de la cerveza. La gestión eficiente de estos materiales es crucial para reducir los costes operativos y mejorar la sostenibilidad medioambiental.
Estrategias de gestión eficaces
1. Recogida y almacenamiento:
Es esencial recoger y almacenar adecuadamente los materiales de desecho. Se recomiendan depósitos exteriores designados para evitar olores y contaminación dentro de las instalaciones de la cervecería. Este paso garantiza que los materiales se recojan sistemáticamente para su posterior procesamiento.
2. La reutilización como recurso:
Los materiales residuales pueden reutilizarse de forma beneficiosa. Por ejemplo, los residuos de los tanques de fermentación, la levadura gastada y la cerveza sobrante pueden utilizarse como abono para la agricultura o como pienso para el ganado. Es fundamental evaluar el cumplimiento de las normativas y reglamentos locales para garantizar la seguridad y la responsabilidad medioambiental.
3. Utilización de granos usados:
Los granos usados, un subproducto primario de la fabricación de cerveza, son valiosos por su contenido nutricional. Mejore su utilidad mezclándolos con cerveza residual y levadura de desecho para maximizar su valor como pienso animal o fertilizante. Mantener unos niveles óptimos de humedad en torno a 80% es crucial para preservar su integridad nutricional.
4. Cumplimiento de las normas reglamentarias:
El cumplimiento de la normativa medioambiental no es negociable. Las cerveceras deben asegurarse de que todas las prácticas de gestión de flujos secundarios cumplen las normas locales y federales para evitar multas y promover operaciones sostenibles.
La aplicación de prácticas eficaces de gestión de los flujos secundarios es esencial para las fábricas de cerveza que pretenden optimizar la eficiencia y reducir los costes. Al priorizar la utilización de los recursos, el cumplimiento de la normativa y los enfoques innovadores de la gestión de residuos, las fábricas de cerveza pueden conseguir ahorros significativos al tiempo que demuestran su compromiso con el medio ambiente.
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Mediante la integración de estas estrategias y el aprovechamiento de equipos avanzados, las fábricas de cerveza no sólo pueden racionalizar sus operaciones, sino también contribuir positivamente a los esfuerzos de conservación del medio ambiente. La gestión eficiente de los flujos secundarios no es sólo una cuestión de rentabilidad, sino un compromiso con las prácticas cerveceras sostenibles para el futuro.