La elaboración de cerveza artesanal se basa en la precisión y la eficacia, especialmente a la hora de seleccionar los fermentadores. El volumen y el número de fermentadores desempeñan un papel fundamental a la hora de maximizar el rendimiento de la producción y la eficacia operativa. He aquí cómo las fábricas de cerveza pueden decidir estratégicamente sobre estos elementos cruciales:
Elegir el volumen adecuado del fermentador
El tamaño de los fermentadores influye directamente en la capacidad de producción y la eficiencia. Por ejemplo, una sala de cocción de 50 hectolitros que produzca cuatro lotes diarios se ajusta bien a volúmenes de fermentador que oscilen entre 50 y 200 hectolitros. Para hacer la mejor elección, las cerveceras deben tener en cuenta sus tipos de cerveza y escalas de producción.
Racionalizar la producción con volúmenes mayores: Las cervecerías que se centran en unos pocos tipos de cerveza se benefician de fermentadores más grandes, como los de 200 hectolitros. Este enfoque reduce costes, minimiza las necesidades de espacio y disminuye la mano de obra y los esfuerzos de limpieza.
Carteras de cervezas diversas: Las cervecerías que ofrecen una variedad de cervezas a distintos mercados deberían optar por una mezcla de volúmenes de fermentadores. Esta flexibilidad garantiza que puedan satisfacer diversas demandas de forma eficiente.
Determinación del número de fermentadores
Comprender los ciclos de fermentación es crucial para optimizar las operaciones de una fábrica de cerveza. Por ejemplo, las cervezas ale y lager tienen tiempos de fermentación diferentes (2 semanas para la ale, 4 semanas para la lager), lo que influye directamente en las necesidades de almacenamiento.
Ejemplo de cálculo: Para elaborar 200 hectolitros de mosto al día se necesitan al menos 14 fermentadores de cerveza ale (sobre la base de un ciclo de 2 semanas). Cálculos similares se aplican a las cervezas rubias.
Configuración estratégica: Las cervecerías que producen tanto ale como lager pueden configurar estratégicamente los fermentadores. Para una producción equivalente de cerveza de trigo y cerveza rubia, se podrían utilizar 7 unidades para la cerveza de trigo y 14 para la rubia, es decir, un total de 21 unidades. Las configuraciones de fermentación por fases pueden mitigar los riesgos de inversión.
Seleccionando meticulosamente los volúmenes y las cantidades de fermentadores en función de la variedad de cerveza, la demanda del mercado y los ciclos de fermentación, las fábricas de cerveza pueden optimizar los procesos de producción, reducir costes y aumentar la eficiencia general en el sector de la cerveza artesanal.
Este enfoque no sólo mejora la capacidad de elaboración, sino que también garantiza que las fábricas de cerveza estén bien equipadas para satisfacer las dinámicas demandas de los entusiastas de la cerveza artesana de todo el mundo.